-¡Corre, no seas
tonta! –grita Manuela al personaje de la pantalla.
La rubia guapa
lleva unos huevos enormes en la mano. Tragedia segura, piensa. Siguientes
escenas: un mozalbete cayendo desde una torre, un señor intrigante, una mujer
envenenada y unos parentescos que le sobrepasan. Comen, beben, aman, odian y además
otras cosas de capa, espada y fantasía.
-¿Qué haces
levantada? –dice su nieta.
-Ver la novela.
-Ya estás con el
sueño cambiado otra vez. Vete a la cama, anda.
-Espera, el menudillo
ese empieza a caerme bien. ¡Tráeme una manta, nena, que estoy helada!
(No abandonaré mi
trono ¡para una vez que tengo el mando!).
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