Un amanecer con niebla es lo más precioso que se me ocurre contemplar
sobre un río o un canal, con falsas nubes abrazando el curso del agua y
espíritus de bruma materializándose. Frente a este enemigo silencioso debo echar mano de un ejército bien entrenado
porque las descripciones típicas distraen, desgastan, pero no dan la victoria. La
estrategia no se ha de apoyar en el uso de palabras como frío o invierno.
¡Quedan desterradas por inútiles! Me siento en una bola de cristal ahumado,
aislada en los diez metros que alcanzan los ojos, etérea y muy pesada al mismo
tiempo, con la impresión de que lo único tangible es mi cuerpo dentro de una ingravidez
del pensamiento, que en estas circunstancias daría cualquier cosa por un ropaje
corpóreo de mayúsculas acentuadas. Mientras las horas se suceden sin atisbo de
sol, las sensaciones continúan esponjándose en la lucha comúnmente establecida contra
un fenómeno hostil que a mí, no obstante, me gusta, me gusta mucho. ¿Por qué resistirme
entonces? Debe ser la innata rebeldía…
de día. En la oscuridad de la noche, la niebla imprime visitantes muy distintos:
puede ser un alma dulce disparando abrazos o un monstruo con un afilado puñal destripador.
…
Perversión Espiritual fue un proyecto musical formado por cuatro amigos
zaragozanos allá por la década de los 80 del pasado siglo: Kiko Aguas, Salvador
Asensio, Carlos Gil y Julián Marco. Dejaron un miniEP que ha sido revisado hace
unos años porque los teclados en sus variadas acepciones les siguen fascinando.
Tienen un aire retro pulcro y aparentemente aséptico pero van más allá con
notas inquietantes y palabras precisas.
La niebla, a veces tan denostada, también tiene su encanto y tú lo expresas muy bien. Un abrazo, Cristina
ResponderEliminar