El bibliotecario tomó
“Sol de otoño” de Fiódor Smirnoff de la bodega, lugar secreto donde reposaban
las rarezas, entre ellas el incunable legendario recién encontrado. La falsa
cubierta disfrazaba un antiguo tratado medicinae. Una nota de su antecesor en
la guarda le advertía, pero la tinta púrpura como hollejo de garnacha le hizo
imprudente. Elaboró el bálsamo de un tal Blas el Feo, mas los enrevesados tipos
góticos y su insuficiente dominio del latín hicieron que errase ingredientes, así
se explica: le salió una sangría. No curaba, pero pasó muy animado toda la
estación.
´¿Quien sabe la fórmula del Bálsamo de Fierabrás? |
No hay comentarios:
Publicar un comentario