Una muestra del espectáculo en el que tuve el placer de participar poniendo letras a la música.
Enlace a la entrevista en Aragón Radio:
SUPLICA QUE ALGO QUEDA
Una rosa es una rosa y tiene espinas. Si le
duelen a propia la flor incluso cuando brotan, eso es muy preocupante.
Cuenta la leyenda que una ola del mar Tranquilo tomó una decisión, no por mucho meditada menos peligrosa. No quería romper en la playa, ni con bravo ímpetu, ni con amoroso abrazo de la costa. Se marchó a ser mecida en las profundidades por un lecho de coral, oculta del sol y del resto del mundo. Abandonó su destino de espuma porque en la superficie las campanas tañían a muerte. Lo dejó todo, si la arena no era suya, lo demás daba igual. Clamando piedad a los dioses se ocultó, pero cuando vio que no estaba sola, cuando otros se entregaban al holocausto con ella, se sintió satisfecha, todavía más, porque su súplica puede que así fuese mejor escuchada.
Los planes no se cumplieron como había previsto, porque una mente corrompida, que convence además a varios secuaces, lleva a consecuencias imprevisibles y resultados casi siempre devastadores. Conquistar la playa o morir, no hay piedad de los cielos que valga.
Cuenta la leyenda que una ola del mar Tranquilo tomó una decisión, no por mucho meditada menos peligrosa. No quería romper en la playa, ni con bravo ímpetu, ni con amoroso abrazo de la costa. Se marchó a ser mecida en las profundidades por un lecho de coral, oculta del sol y del resto del mundo. Abandonó su destino de espuma porque en la superficie las campanas tañían a muerte. Lo dejó todo, si la arena no era suya, lo demás daba igual. Clamando piedad a los dioses se ocultó, pero cuando vio que no estaba sola, cuando otros se entregaban al holocausto con ella, se sintió satisfecha, todavía más, porque su súplica puede que así fuese mejor escuchada.
Los planes no se cumplieron como había previsto, porque una mente corrompida, que convence además a varios secuaces, lleva a consecuencias imprevisibles y resultados casi siempre devastadores. Conquistar la playa o morir, no hay piedad de los cielos que valga.
nº⑧ Se pietà, aria de Cleopatra en “Giulio Cesare”
No hay comentarios:
Publicar un comentario